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La crisis económica (de 2008 a 2012) en seis sencillas lecciones (4/6). La crisis de la deuda soberana


La deuda pública o deuda soberana es el conjunto de deudas que mantiene un Estado frente a los particulares u otro país. Es una forma de obtener recursos financieros por el estado o cualquier poder público materializada normalmente mediante emisiones de títulos de valores. Es además un instrumento que usan los Estados para resolver el problema de la falta puntual de dinero, por ejemplo, cuando se necesita un mínimo de tesorería (dinero en caja) para afrontar los pagos más inmediatos, o cuando se necesita financiar operaciones a medio y largo plazo, fundamentalmente inversiones.

La crisis de la deuda soberana de la Eurozona, también llamada crisis del euro o crisis de la zona euro, se inicia a principios del año 2010 a los estados miembros que conforman la Eurozona o Zona Euro, que han adoptado el euro como moneda única y componen entre sí una unión monetaria plurinacional en el seno de la Unión Europea. Durante este período los estados de la Eurozona han venido padeciendo una crisis de confianza sin precedentes, con ataques especulativos sobre los bonos públicos de varios de sus miembros, turbulencias en sus mercados financieros y bursátiles, y una caída del valor cambiario de la moneda única, en un contexto de incertidumbre y dificultad por alcanzar un acuerdo colectivo que todavía persiste.

La crisis comenzó con la difusión de rumores sobre el nivel de la deuda de Grecia y el riesgo de cesación de pagos de su Gobierno. Se hizo público que durante años el Gobierno griego había asumido deudas profundas y había llevado a cabo gasto público descontrolado, lo que contravenía los acuerdos económicos europeos. Cuando llegó la crisis financiera global, el déficit presupuestario subió y los inversores exigieron tasas de interés mucho más altas para prestar dinero a Grecia.

Todos los países de la eurozona se vieron afectados por el impacto que tuvo la crisis sobre la moneda común europea. Se produjeron temores de que los problemas griegos en los mercados financieros internacionales pudieran desatar un efecto de contagio que hiciera tambalear las economías de los países con economías menos estables de la Eurozona, como Portugal, Irlanda, Italia y España, los cuales, como Grecia, tuvieron que tomar medidas para reajustar sus economías.

A partir de marzo de 2010, la Eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) debatieron conjuntamente un paquete de medidas destinadas a rescatar la economía griega, bloqueado durante semanas debido en particular a los desacuerdos entre Alemania, economía líder en la zona, y los otros países miembros. Durante esas negociaciones y ante la incapacidad de la Eurozona de llegar a un acuerdo, la desconfianza aumentó en los mercados financieros, mientras el Euro experimentó una caída continuada y las bolsas caían de continuo.

Finalmente, el 2 de mayo la Unión Europea (UE) y el FMI acordaron un plan de rescate, destinado a tratar de evitar que la crisis se extendiera a través de toda la Eurozona. A esta medida se añadió la creación, anunciada el 10 de mayo, de un fondo de estabilización colectivo para la Eurozona. Al mismo tiempo, los principales países europeos adoptaron sus propios planes de ajuste de sus finanzas públicas, inaugurando una era de austeridad en todo el continente.

La razón de que se rescaten países es porque de lo contrario, otras naciones podrían hundirse con el país no rescatado, ya que existen entre ellos importantes cantidades de deuda.

La crisis de la deuda soberana europea ha sido causada por una combinación de factores complejos, entre los que se encuentran la globalización de las finanzas, las fáciles condiciones de acceso al crédito durante el período 2002-2008 que impulsaron prácticas de préstamo y endeudamiento arriesgado, los desequilibrios en el comercio internacional, las burbujas inmobiliarias que al término de ese período estallaron, el debilitamiento del crecimiento económico a partir de 2008, las decisiones de política fiscal, así como el enfoque utilizado por varios países para rescatar a sus instituciones bancarias en problemas al asumir las deudas privadas socializando las pérdidas.

La manera en que cada país europeo involucrado en esta crisis tomó prestado e invirtió el dinero varía de un caso a otro. Por ejemplo, los bancos irlandeses prestaron su dinero a promotores inmobiliarios, generando una burbuja de precios inmobiliarios gigantesca. Cuando la burbuja estalló, el Gobierno de Irlanda y sus contribuyentes asumieron las deudas privadas. En Grecia, en cambio, el Gobierno incrementó sus compromisos con los trabajadores públicos en la forma de sueldos y pensiones extremadamente generosas. El sistema bancario de Islandia creció de forma gigantesca, creando numerosas deudas con inversores globales ("deudas externas") por importe varias veces superior a su PIB doméstico.

La interconexión actual en el sistema financiero global hace que si una nación entra en default de su deuda soberana o cae en recesión, esto puede poner en riesgo también parte de la deuda privada externa, lo que supone a su vez que el sistema bancario de los países prestamistas se enfrente también a pérdidas. Este fenómeno se conoce como contagio financiero. La interconexión es reforzada por el concepto de "protección de crédito". Las instituciones financieras han desarrollado, y se encuentran relacionadas por, un tipo de contratos denominados Credit Default Swaps (CDS) que suponen el pago o recepción de fondos, dependiendo de la posición en el contrato, en el caso de que se produzca el impago de un instrumento de deuda o valor particular, como por ejemplo un bono gubernamental. Desde el momento en que se pueden adquirir múltiples CDS sobre el mismo título, el valor del dinero que cambia de manos puede ser varias veces superior al valor de la propia deuda. No está claro que exposición tiene cada sistema bancario nacional a los CDS, lo que genera otro nuevo tipo de incertidumbre.

Algunos políticos, en especial Angela Merkel, han buscado atribuir parte de la culpa de la crisis a los hedge funds y a diferentes especuladores, afirmando que las instituciones rescatadas con fondos públicos están explotando la crisis presupuestaria en Grecia y otros sitios.

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