Si alguien ha llegado a este artículo pensando que se le van a facilitar fraudes o trampas o se le van a enseñar fórmulas misteriosas de aprobar sin estudiar, mejor que no siga leyendo. Nada de lo que se va a explicar a continuación tiene sentido sin el trabajo, ahora bien, si este se aplica inteligentemente sin duda alguna lleva al éxito académico. Sin ningún tipo de duda, garantizado al 100 %, como lo demuestra mi experiencia en obtener varias titulaciones universitarias en España, habiendo obtenido sólo la primera a tiempo completo, además de superar oposiciones y realizar más de 100 cursos de posgrado. Todo esto es fruto de mi experiencia como alumno y como profesor. Aquí no hay secretos.
Esto te sirve para aprobar cualquier curso, asignatura, recuperación, examen, u oposición ¡Aprender es fascinante y a continuación te voy a ayudar a verlo todo distinto!
Si lo que has leído te ha gustado o al menos te ha interesado, más te va a interesar lo que te voy a contar, ¡acompáñame y vamos al lío!
1. Ten una actitud positiva
Si ya la tienes, ya tienes la mitad del trabajo hecho. Si no, cambia tu actitud desde ya. No pienses en lo negativo, sino en lo positivo, aprender siempre va a ser bueno para ti. Puede que el latín o las integrales dobles no las vuelvas a usar en la vida (aunque nunca se sabe), pero no dudes de que el aprender su estructura lógica, te va a acompañar toda la vida, ya que te hará ser más ágil mentalmente, algo imprescindible en el trabajo y en la vida.
A lo largo de la vida podrás perder algo o que te quiten algo, dinero, cosas materiales u otros bienes, pero nunca nadie te podrá quitar los conocimientos adquiridos. Son para toda la vida. Incluso algo que creías olvidado, cuando lo repases no te costará nada volver a aprenderlo.
En una oposición, el pensamiento de ser muchos los llamados y pocos los elegidos se vuelve angustioso, pero debes pensar que lo aprendas siempre te ha de servir en tu vida profesional.
Si estás haciéndote el vago o la víctima, mira dentro de ti, ¡despierta, ten amor propio y ama la vida!
2. Trata con respeto a quien te va a examinar
Todas las personas, ya sólo por el hecho de serlo, merecen respeto. El profesor o examinador debe respeto al alumno o examinando, y este debe tener la misma actitud respetuosa con quien le enseña y evalúa.
La mayor parte de los docentes son personas que aman la enseñanza y se esfuerzan porque sus alumnos aprendan. Si muchos están "quemados" es por falta de reconocimiento de su importante trabajo por el sistema y la sociedad. Habrá impresentables, como los hay en todas las profesiones, pero son una clara minoría.
En el comercio se dice que el cliente siempre tiene razón y si no la tiene, se le da; porque el comercio depende de él. Lo mismo pasa con el profesor o el examinador, dependes de él, por lo que no te conviene estar a mal.
Demuestra al profesor o profesora interés por la asignatura o el curso. Consúltale para que resuelva toda tus dudas, eso demostraré tu interés y a él o a ella le hará sentirse útil y satisfecho con su trabajo. Si crees que no te ha corregido justamente, házselo saber, pero siempre con argumentos y con educación.
A la hora de examinarse de una oposición de forma oral, si el opositor causa una impresión favorable en cuanto a educación, no quiere decir que simplemente por eso vaya a mejorar su puntuación, pero sí va a tener una predisposición favorable ante el tribunal, que en caso de duda le puede hacer ganar unas décimas, que en una oposición pueden ser vitales. Está demostrado que las buenas impresiones favorecen incluso en un tribunal completamente imparcial.
3. Relájate
Si tienes problemas para concentrarte porque estás nervioso, lo primero que tienes que hacer es aprender a relajarte porque si no, lo único que vas a hacer es perder el tiempo y agotarte.
Todas las técnicas de relajación pueden servirte: respirar adecuadamente, pensar en un paisaje bonito, hacer deporte o yoga, meditación, etc. En ciertas personas, la música ambiental ayuda a concentrarse, si es tu caso, también te puede servir.
Piensa que un examen no es una operación, ni un juicio, no está en juego ni tu vida, ni tu libertad. Lo peor que te puede pasar es que lo suspendas, y salvo casos muy particulares, tendrás en otro momento otra oportunidad.
La noche antes del examen, hay que intentar dormir bien, y al despertar una ducha fresca y relajante. En el examen, no ponerse nervioso, no repasar compulsivamente en los últimos instantes antes del examen, ni comentar puntos del temario con los compañeros.
4. Aprovecha tu tiempo
Si no estás aprovechando tu tiempo de estudio, lo estás perdiendo a lo tonto. No se aprende tan sólo por tener el libro o los apuntes delante de la vista.
Aprende técnicas de estudio, haz esquemas, haz ejercicios, repasa. Planea una estrategia de aprendizaje que se adapte y sea efectiva para ti.
Si no estableces metas, no llegas a ningún sitio. La meta final ha de ser aprobar, pero antes has de establecer metas parciales. Divide el programa en varias partes y establece un calendario de aprendizaje. Cualquier tarea, por dura que sea, es llevadera si se parte en trozos. Un proverbio chino dice que un viaje de miles de kilómetros empieza con un simple paso.
Si vas a una academia o a clases particulares, acude con interés y no con desánimo. Frecuentemente los profesores particulares o de academia son excelentes docentes y de tanto trabajar en los mismos problemas, saben como explicártelos de manera que los entiendas fácilmente. Aprovecha el tiempo con ellos.
Si cada día aprendes un poco te va a hacer sentir bien porque vas a sentir que sabes algo nuevo y que estás haciendo avances para dominar la materia.
Si algo no te quedado del todo claro, necesitas más explicaciones o quieres ampliar tu conocimiento o información, en Internet hay miles de páginas y vídeos de docentes que van a hacer que tu aprendizaje sea mucho mejor y más sencillo.
5. Prepárate para romper los límites
Cuando el actor norteamericano Chuck Norris perdió el Campeonato Mundial de Karate, se discutió sobre lo injusto de su derrota, zanjando él la discusión al afirmar que si se debatía eso es que no había actuado tan bien como para conseguir la victoria de forma clara.
Los romanos entrenaban con más armas más pesadas que las que habitualmente usaban. Fue, entre otras, una de las causas que hizo del ejército romano el mejor del mundo en su momento.
Si estudias una asignatura o curso, no te prepares para aprobar sin más, prepárate para sacar la más alta nota. Si estudias una oposición, no te vale con aprobar, tienes que arrasar, tienes que demostrar tu excelencia; si no, de poco te va a valer superar, sin más, la prueba selectiva.
Si estudias para 5, si algo va mal te quedarás en 3; si estudias para 7, si algo va mal, te quedarás en 5; si estudias para 10, sacas buena nota, o si van mal las cosas en todo caso apruebas. Se trata de de romper límites mentales, y es cuestión de trabajo, voluntad y mentalización.
6. Planea la estrategia para el examen
Puedes saber mucho, pero eso no es suficiente, además lo tienes que demostrar. Y aquí es donde entra algo fundamental: el examen.
Una cuestión obvia, pero que muchas personas ignoran es cerciorarse de las materias objeto del examen. Si ciertos temas son sólo para ser leídos, no son objeto de examen o lo serán en otro distinto, si los estamos estudiando para el examen, no estamos aprovechando adecuadamente el esfuerzo.
También ayuda a conseguir resultados el tipo de examen en el que va a consistir la prueba. No es lo mismo estudiar para un examen de respuestas alternativas (tipo test), en el que se deben saber los conceptos con claridad, que uno de preguntas a desarrollar (preguntas largas), en el que se deben saber adecuadamente los distintos epígrafes, o uno en el que entren varios ejercicios o casos prácticos, en el que hay que saber como se resuelven estos.
Si tienes la posibilidad de acceder a anteriores tipos de exámenes, resuélvelos. Luego haz simulacros de examen, creando los tuyos similares a los reales. Califícate de forma objetiva. Transfórmate en profesor, además de para explicarte el tema o la lección a ti mismo, para corregir el examen que a ti mismo te vas a hacer.
7. Repasa, repasa y repasa
Una vez que hayas aprendido más o menos un tema, tienes que repasarlo y volverlo a repasar. Y dar vueltas a los temas, una y otra vez, repitiendo el temario, en círculo, y cada vez más deprisa, porque eso va a hacer que refuerce tu proceso de aprendizaje.
Recuerda: la velocidad con la que vas a dar vueltas a los temas en tu repaso, está relacionada con el nivel de aprendizaje.
Las vueltas son importantes, incluso aunque no te sepas el tema por completo, pero sí lo más importante. En la siguiente vuelta, aprendes otra cosa más, hasta que lo domines por completo.
8. En casos prácticos y ejercicios, que no quede ninguna laguna
Si el examen o prueba consta de problemas o casos prácticos, debes tener seguridad de que los sabes resolver. Para ello son absolutamente necesarias dos premisas: dominar previamente la teoría y haber practicado mucho, mucho.
Colecciona problemas, intenta resolverlos, ponte pruebas, examínate a ti mismo, si tienes dudas resuélvelas, ya sea por ti mismo o con ayuda externa, vuelve a repasar la teoría si algo no te ha queda claro. Y vuelve a darle, y darle, hasta que con sólo leer el enunciado del ejercicio sepas ya como lo vas a resolver.
9. El día del examen, tranquilidad y buena preparación
En el día del examen, la tranquilidad es fundamental para que las ideas afloren de la cabeza al papel sin problemas. Si llevas el temario bien aprendido, no te agobies en los últimos momentos, sino relájate y ten calma. Si se trata de una oposición, el día antes del examen darse una vuelta y no tocar los temas, porque siendo realista, ¿crees qué ante un volumen tan grande de temario va a resolver algo unas horas más? Lo único que puedes lograr es ponerte nervioso.
Estar relajado no significa... estar demasiado relajado. Trasnochar o ir de copas la noche del examen puede pasar factura en el sentido de no ir al cien por cien. Es preferible una tarde tranquila, un paseo, una cena ligera, una infusión caliente y a la cama pronto. Si hemos hecho las cosas bien, no tenemos porque estar nerviosos.
Llegó el día del examen, llegaremos con puntualidad y estaremos relajados. Si no se sabe donde se va a hacer el examen, como es frecuente en el caso de oposiciones, es estresante llegar a última hora, tener que andar preguntando y llegar con prisas y acelerados. Es mucho mejor que sobre tiempo, que falte.
Si el examen es de desarrollo, antes de empezar a escribir, hazte un esquema mental del tema a desarrollar. A veces es conveniente escribir el esquema al principio del tema, porque si no da tiempo a desarrollarlo por completo, se da a demostrar que sí se sabían los puntos a desarrollar.
Si el examen es de preguntas alternativas o tipo test, infórmate claramente si penaliza su respuesta errónea. Si es así, valora el riesgo antes de contestar. Este suele ser elevado en pruebas selectivas, como por ejemplo, en las oposiciones. Si crees que no te está saliendo como pensabas y las falladas restan puntos, no contestes las dudosas.
Intenta hacer la letra clara, el contenido en orden y una buena presentación del examen, ya que esto predispone favorablemente a quien te va a corregir el examen. No obstante, a veces es inevitable cometer errores y más cuando se está nervioso, pero cuando que tachar algo o enmendarlo, procura hacerlo de la manera más estética posible, y lo más importante: que quede bien clara tu respuesta en el examen.
Controla el tiempo del examen, ten un reloj a mano y controla el tiempo restante. Primero contesta las preguntas que sabes mejor, luego las que tienes lagunas y deja para el final las que tienes menos claras.
En caso de examen oral o con parte oral, la buena presencia y la educación predisponen al tribunal o profesorado positivamente. Saluda y da las gracias. La forma de vestir ha de ir en concordancia con el tipo de pruebas, no es lo mismo unas oposiciones para notarías o judicatura, que un examen oral de bachillerato.
No estrenes zapatos, si te aprietan vas a sentirte incómodo, lo mismo que con una corbata muy apretada. Si llevas varias pulseras metálicas, al mover el brazo, el tintineo te puede poner nerviosa. Lo mejor para evitar todas estas cosas es vestirse días antes con la ropa que se va a llevar y comprobar la comodidad de la misma.
Si piensas que vas a ser presa del miedo escénico, tranquilízate. Respira hondo y adelante. Si te bloqueas, el profesor o el tribunal te va a pedir que te tranquilices y que continúes. Y relájate, no te van a valorar la postura o la posición escénica, sino lo que sabes.
Una vez que has cogido la marcha, habla despacio e intenta evitar un tono de voz monótono, para hacer un discurso oral más ameno. Si te equivocas o te has olvidado de algo, intenta pasar de largo.
A las preguntas del tribunal o del profesorado, hazte un rápido esquema mental antes de contestar. Cuanto más amplíes la respuesta, mejor, pero si te pasas, o contestas con cosas que no vienen al caso puede ser contraproducente.
En definitiva, las respuestas, ya sean para un examen oral, una oposición o una defensa de un trabajo o proyecto, deben ser claras y concisas, con cuantas aclaraciones sean necesarias, pero sin prolongar el tema de forma artificial, ya que en este caso será negativo.
10. Nunca te rindas
Son muchas las circunstancias que impiden que no hayamos podido dedicar todo el tiempo que hubiéramos querido a la preparación del examen, por causas de fuerza mayor, o bien hemos dedicado todo nuestros tiempos o nuestro esfuerzo, y no ha salido bien, porque en el examen no estábamos en plena forma (como en el caso de un resfriado) o en la oposición había personas mejor preparadas todavía. O simplemente no hemos hecho el adecuado esfuerzo.
Vuelve a darle, no te rindas, el éxito no suele llegar a la primera, suele ser un camino cuesta arriba, en el que sólo llegan a la cima los que perseveran. Aceptar el fracaso y la derrota sirve para crecer... y para seguir en la escala tras haber aprendido la lección.
Para finalizar unas cuantas frases sobre el éxito:
El éxito no reside en vencer siempre, sino en no desanimarse nunca
(Napoleón Bonaparte)
El éxito es ir de fallo en fallo sin perder el entusiasmo
(Winston Churchill)
El único sitio donde encuentras el éxito antes que el trabajo es el diccionario
(Vidal Sasoon)
El ochenta por ciento del éxito consiste en estar allí
(Woody Allen)
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