Se define el libre mercado como el sistema en el que el precio de los bienes es acordado por el consentimiento entre los vendedores y los consumidores, mediante las leyes de la oferta y la demanda.
Sus requisitos son la existencia de la libre competencia, lo que a su vez requiere que entre los participantes de una transacción comercial no haya coerción, ni fraude, etc, o, más en general, que todas las transacciones sean voluntarias.
¿Qué consecuencias tiene este modelo al ser trasladado a la política?
En principio tendría dos formas de contemplarse:
1. Como un estado ideal a alcanzar.
2. Con un sentido más real, se relaciona con el grado con el cual un sistema económico dado, ya sea a nivel de un país determinado o la economía en general, se aproxima al modelo ideal.
Desde este punto de vista, los sistemas económicos particulares se han descrito como de economía libre, aun cuando el estado intervenga en la economía, con tal que esa intervención esté dentro de ciertos límites.
Los términos capitalismo, liberalismo, neoliberalismo, economía de libre mercado y economía mixta son, desde esta perspectiva, términos similares.
Pero la mayor parte de las economías libres o de mercado son economías mixtas, ya que mayoritariamente apoyan fuertes regulaciones estatales.
El neoliberalismo, término algo inadecuado, surge internacionalmente, desde los años 70 del siglo XX reapareciendo en el panorama el apoyo de una economía global de libre comercio, la desregulación, la privatización de empresas públicas y la reducción del gasto social.
En este sentido, por parte del Estado, el uso de la fuerza o poder coercivo del mismo en el mercado está limitado a proteger a los participantes del mercado de la coerción y/o abusos por terceros, incluyendo protección del derecho de propiedad y cumplimiento de contratos. Sin embargo, que exactamente se entiende por abusos esta abierto a interpretación. Por ejemplo, para Adam Smith, las externalidades negativas hacen que algunos transfieran a otros por lo menos parte del costo de sus actividades, obteniendo así beneficios personales extras, mientras que las positivas posibilitan la adquisición de beneficios sin contribuir. Según Smith, este y otros problemas similares requieren la existencia de un organismo (el Estado) que los pueda solucionar, lo que a su vez implica un cierto grado de intervención estatal.
¿Cómo se mide la libertad del mercado?
La Fundación Heritage, un ala de pensamiento conservador, trató de identificar los factores clave que permiten medir el grado de libertad de la economía de un país en particular. En 1986 introdujeron el Índice de Libertad Económica (ILE) que está basado en unas cincuenta variables. Este y otros índices similares no definen un mercado libre, pero miden el grado en el cual una economía moderna es libre, lo que significa en la mayoría de los casos que está libre de intervención del estado.
Las variables están divididas en los siguientes principales grupos:
1. Política de comercio: favorecer el comercio, tanto interno como exterior.
2. Carga fiscal gubernamental: disminuir impuestos.
3. Intervención gubernamental en la economía: debe ser lo más mínima posible.
4. Política monetaria: debe ser lo menos expansiva posible.
5. Flujo de capital e inversión extranjera: debe favorecerse.
6. Banca y financiamiento: favorecer bajos tipos de interés, pero teniendo cuidado para no favorecer la inflación.
7. Salarios y precios: se intervendrá lo menos posible en su fijación.
8. Derechos de propiedad privada: se favorecerán los mismos.
9. Normativa legal: deberá ser lo menos intervencionista posible.
10. Actividad del mercado informal: se favorecerán los bajos impuestos para hacer aflorar la economía informal o sumergida.
A cada grupo se le asigna un valor entre 1 y 5; ILE es el promedio aritmético de los valores, redondeado a centésimas. Inicialmente, el método tenía fallos, pero ha sido mejorado.