Cambios ambientales y
salud pública
La salud pública consiste en la mejora de la salud de la
población a través de la educación, la prevención y la mejora de las condiciones
sanitarias. A la hora de analizar el efecto de la contaminación ambiental sobre
la salud de una población debe tenerse en cuenta que hay una serie de elementos
que influyen en el conjunto de la población (cambios ambientales) y que estos
elementos ejercen una serie de efectos sobre la población (riesgos para la
salud).
La Tierra es un sistema donde hay una interrelación entre
los distintos componentes que la forman: la biosfera, la atmósfera, los
océanos, etc., por lo que las alteraciones que se producen en uno de los
componentes se traducen en efectos en el resto.
Se han descrito distintos factores que afectan a la salud de
las poblaciones humanas, entre los que se pueden distinguir como principales al
cambio climático y a la contaminación que afecta al aire, el agua y el suelo.
Contaminación
atmosférica
La contaminación atmosférica puede definirse como la
presencia de sustancias en el aire que a esas concentraciones, duración y
frecuencia tienen efectos adversos en la salud de los organismos vivos y en el
medio ambiente. En las últimas décadas la preocupación respecto a la
contaminación atmosférica se ha incrementado, especialmente en los países
desarrollados.
La influencia de la contaminación atmosférica sobre la salud
pública se conoce desde hace tiempo por varios episodios como el ocurrido en
Londres en 1952, cuando murieron cerca de cuatro mil personas por la
contaminación debida a la quema de carbón para calentar las casas.
En el aire que se respira en las ciudades existe una amplia
variedad de contaminantes, incluyendo óxidos de azufre, de nitrógeno, monóxido de
carbono, ozono y otros oxidantes fotoquímicos, diferentes tipos de partículas,
plomo y otros metales pesados y varios tipos de compuestos orgánicos volátiles.
Todos estos componentes pueden afectar a la población, siendo especialmente sensibles
los segmentos de la población más débiles, como niños y ancianos, y aquellas
personas que tienen problemas respiratorios.
Las fuentes importantes de contaminación atmosférica a
escala regional o global son:
- Tráfico. Los vehículos de motor emiten millones de
toneladas de contaminantes cada año. En muchas áreas urbanas son los mayores contribuyentes de
ozono a nivel del suelo.
Los contaminantes producidos por los coches son:
- Hidrocarburos. Producidos por la evaporación del
combustible, especialmente los días cálidos, pérdidas y durante el repostaje en
las estaciones de servicio.
- Óxidos de nitrógeno. Producidos por el calentamiento
durante la quema del combustible.
- Monóxido de carbono. Producido por la quema incompleta
del combustible. Aunque los automóviles actuales contaminan menos que los
modelos más antiguos gracias al uso de sistemas que disminuyen las emisiones, el gran
número de coches y su uso frecuente hacen de ellos la principal fuente de
contaminación.
- Actividad urbana. La población mundial se concentra cada
vez más en las ciudades. La contaminación urbana es constante, variando su
densidad según las condiciones atmosféricas y otras variables. Se debe tanto al tráfico como a otros factores como puedan ser las calefacciones, el secado de pintura o las secadoras.El smog fotoquímico se forma cuando la luz del sol actúa sobre
las moléculas carbonadas y los óxidos de nitrógeno atrapados por debajo de las
inversiones en las ciudades. La luz solar proporciona energía para la reacción
química que forma contaminantes peligrosos como ozono, aldehidos y peroxiacilnitratos.
Aunque los problemas asociados a la contaminación son
mundiales, se han conseguido buenos resultados en los países industrializados al emplear distintas medidas que tratan de reducir las emisiones de los principales
contaminantes a nivel industrial y de producción. Sin embargo, el crecimiento
de las ciudades ha producido un aumento de los problemas medioambientales
siendo especialmente preocupante en el caso de las ciudades de los países en
desarrollo, que muestran un crecimiento muy fuerte pero sin planificación, lo
que lleva a un descenso en la calidad del aire en esos lugares. Todo esto se
traduce en un aumento de la exposición de la población a los compuestos tóxicos
que generan problemas de salud, especialmente respiratorios, ya que en muchos
casos se superan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud. El incremento de casos y la mayor gravedad de los mismos
incide en el sistema sanitario debido a que muchos precisan de hospitalización,
con la necesidad de desarrollar sistemas de alerta y protección de la población
para prevenir los daños, especialmente en las personas más vulnerables como
puedan ser ancianos y niños.
Contaminación
acuática
Históricamente la contaminación del agua ha supuesto una grave preocupación debido a los efectos directos que tiene sobre la salud humana, siendo esta perspectiva la que se mantiene en aquellos países donde el acceso al agua es difícil, pero no en los que han desarrollado redes de distribución y tratamiento de aguas para mejorar la calidad y hacerla potable.
En estos países, en el objetivo de mantener las aguas en buen estado influyen
también otros valores como la conservación, la estética y la preservación de
recursos naturales. Sin embargo, muchos lagos y aguas corrientes continentales
han sufrido o sufren actualmente los efectos de la contaminación acuática que
se ha padecido durante los años previos, especialmente en las zonas donde se han
concentrado tradicionalmente las industrias.
La alarma mundial sobre el peligro de la contaminación
acuática y su efecto sobre la salud se dispararon después de los episodios de
la “enfermedad Minamata” y el “itai-itai” de los años cuarenta y cincuenta
en Japón. La enfermedad Minamata se produjo después del consumo de pescado y
marisco con altos niveles de metilmercurio mientras que el itai-itai-byo se
atribuyó a la ingestión de arroz contaminado con altos niveles de cadmio.
Las principales fuentes de contaminación de aguas son los
residuos orgánicos e inorgánicos de las industrias, los compuestos de petróleo,
los desechos urbanos, los desechos agrícolas, los pesticidas y el drenaje de
minas. Muchos procesos industriales tienen el potencial de descargar varios
tipos de desechos que pueden resultar en la contaminación de las aguas, siendo
uno de los más relevantes los metales pesados.
El efecto de los contaminantes acuáticos no es solo sobre la
salud humana directamente sino que puede afectar a la vida acuática,
particularmente a los peces. Es frecuente encontrar noticias de muertes de
peces debidos a vertidos. Además, esta contaminación afecta también a otros
organismos que viven en el agua, lo que se traduce en que se produce una
acumulación de contaminantes a lo largo de la cadena trófica que supone un
riesgo añadido para la salud debido a la bioacumulación.
Contaminación de
suelos
Los suelos son receptores de muchos contaminantes, bien por
el uso directo en minería o agricultura (plaguicidas e insecticidas
principalmente) o por su vertido accidental a partir de residuos (por ejemplo,
vertederos urbanos que producen terrenos contaminados). A esto hay que añadir
la liberación de un número creciente de productos tóxicos sintéticos en el medioambiente.
El desarrollo urbano hace que la expansión de los enclaves habitados ocupen antiguos
terrenos dedicados a otros usos, muchas veces afectados por la contaminación
del uso reiterado de productos químicos. De esta forma, el cambio en el uso del
suelo puede llevar a que una población se vea afectada por los residuos que aún
permanecen en el lugar. Por otro lado, la contaminación del suelo también puede
producirse por el transporte, bien aéreo o bien a través de agua de lluvia, de
partículas en suspensión que al depositarse se asocian con los componentes del
suelo. De esta forma, el terreno circundante de una industria puede recibir
parte de los productos que emite a través de su chimenea. Además, la lluvia
puede arrastrar estos materiales y concentrarlos en determinados puntos del
suelo.
Los contaminantes del suelo pueden afectar a las plantas a
través de las raíces principalmente. En el caso de animales y humanos, tanto la
alimentación a partir de esas plantas como el contacto con el suelo o la
inhalación de los compuestos que permanecen en el mismo pueden llevar a la
intoxicación.
La contaminación atmosférica, acuática y del suelo llevan
asociados cambios en el medio ambiente que modifican el patrón y la
distribución de enfermedades o efectos sobre la salud humana. Al inicio del
siglo XX las causas más frecuentes de muerte en la mayoría de los países eran la
neumonía y la tuberculosis. Las mejoras sanitarias y en la salud pública han
disminuido fuertemente la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas. En cambio,
se ha producido la aparición o el incremento de otras enfermedades como las
enfermedades crónicas de corazón, pulmón o los cánceres, llegando a ser las
causas de mortalidad más frecuentes actualmente en varios países.
Hoy en día se considera que las enfermedades crónicas respiratorias,
hepáticas y los tumores tienen relación en la mayor parte de los casos con el
medio ambiente, especialmente con la contaminación ambiental que ha supuesto
uno de los mayores cambios. Es más, se está produciendo un incremento
importante de las alergias debidas a los productos químicos que nos rodean,
especialmente por su omnipresencia en todos los ámbitos de la vida pero también
por el aumento del contacto con los mismos al encontrarse en suelos, agua y atmósfera.
El incremento del número de productos que se emplean en la
industria ha llevado a que se desarrollen nuevos requerimientos en la
caracterización del peligro de los mismos, tanto a nivel ambiental como a nivel
de salud humana. En Europa, la Unión Europea ha puesto en marcha la normativa
REACH (EC 1907/2006, Registration, Evaluation, Authorisation and Restriction ofChemical substances) desde el 1 de junio de 2007 con el objetivo de regular el
uso seguro de los productos químicos. Se espera mejorar la protección del medio
ambiente y la salud pública a través de una identificación más temprana y
detallada de las propiedades de cada producto químico. Esta regulación incide
en una mayor responsabilidad de la industria para manejar los riesgos que se
derivan de los químicos que producen, exigiendo una información sobre la seguridad
de los mismos. Se pretende que el resultado sea una base de datos, gestionada
por la ECHA (Agencia Europa de Productos Químicos, European Chemicals Agency) y
disponible para consumidores y profesionales, en la que se pueda consultar
toda la información sobre el riesgo de cada producto. Además, en la normativa
se invita a la sustitución progresiva de aquellos químicos que suponen un mayor
riesgo siempre que sea posible.
Cambio climático
La Revolución Industrial ha añadido a la contaminación de
suelos y aguas la emisión de
gases de efecto invernadero a la atmósfera. Cada año se
producen millones de toneladas de estos gases producto de la actividad
industrial y del uso de la tecnología, influyendo en la dinámica atmosférica y,
posiblemente, modificando el clima. Se piensa que estas alteraciones alteran la
temperatura y la distribución de lluvias, dos de los condicionantes climáticos
que más influencia tienen en la vida de los organismos vivos.
Los Informes de Evaluación del Cambio Climático realizados
por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), grupo creado en 1988 por la Organización MeteorológicaMundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente(PNUMA), determinan que hay una serie de hechos que apoyan la idea de que
estamos ante un cambio climático a nivel global. Los registros de temperatura
muestran que se ha producido un aumento de la temperatura media mundial de la
superficie de 0,6°C, aumento que coincide con el descenso de la extensión del
hielo y de la capa de nieve.
Al mismo tiempo, se ha observado una subida del nivel medio
del mar en todo el mundo y un aumento del contenido de calor de los océanos.
Además, el estudio de las concentraciones de los gases de efecto invernadero
(principalmente metano, dióxido de carbono y óxido nitroso) muestra que se
produce un aumento importante en los últimos cincuenta años a causa de la
actividad humana. A pesar de que hay fuertes indicios de que una parte
importante de este cambio tiene un origen antropogénico, existen dudas sobre el
grado de contribución de las mismas ya que otros indicadores aparentemente no
han cambiado. Por ejemplo, algunas zonas del globo no se han calentado en los
últimos decenios (principalmente ciertas partes de los océanos del hemisferio
sur y partes de la Antártida) y los cambios mundiales en la intensidad y
frecuencia de las tempestades tropicales y extratropicales aparecen dominadas
por las variaciones interdecenales y multidecenales, sin mostrar tendencias
significativas claras en el siglo XX.
Sin embargo, si parece existir un consenso en relación al
papel que puede tener la actividad humana como catalizador del cambio observado
en los últimos cincuenta años, haciendo que este cambio se acelere. De acuerdo
con los informes, el incremento de la velocidad en los cambios supone un serio
riesgo sobre la viabilidad de los ecosistemas y de muchos sistemas humanos. Los
recientes cambios climáticos regionales, particularmente los aumentos de la
temperatura, han influido ya en muchos sistemas biológicos. Entre las
alteraciones observadas pueden citarse como ejemplos los desplazamientos de
plantas y animales hacia el polo y a mayores altitudes de las que ocupaban
hasta el momento, las disminuciones de algunas poblaciones de plantas y
animales, el florecimiento temprano de árboles, la emergencia en periodos más
tempranos de insectos y la alteración en el periodo de puesta de huevos de
ciertos pájaros. Una cuestión que se debate a menudo es el impacto del
incremento de los niveles de dióxido de carbono sobre la vegetación.
Curso de Salud pública y contaminación:
http://cuvsi.blogspot.com.es/2012/08/curso-de-salup-publlica-y-contaminacion.html
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