El número de plazas y el número de opositores es en lo primero que se piensa a la hora de realizar una oposición, ya que su nombre lo dice todo, será un ejercicio de oposición entre varios candidatos. Por eso es importante conocer el número de plazas convocadas, dado que una oposición no es como un examen ordinario, que aprobándole sin más se consigue superar. Una vez que se conoce el número de plazas convocadas, interesa estimar cuantos opositores se van a presentar y, sobre todo, como van a ir de preparados.
En todo caso, lo verdaderamente importante es ir muy bien preparado. Pero, no obstante, también interesa hablar de números.
En el número de plazas convocadas influyen:
- La importancia, necesidad y oportunidad de las plazas convocadas: por ejemplo, en las década de los 80 y los 90 del pasado siglo, la crisis del aceite de colza aumentó la oferta de plazas relacionadas con la inspección alimentaria. O el aumento, en las últimas décadas hasta la crisis, de plazas sanitarias, dado el envejecimiento de la población
- La doctrina política sobre el sector público: normalmente las Administraciones en la que gobiernan partidos de izquierda suelen convocar más plazas que en las que gobiernan los partidos de derechas. Esto es muy discutible y no siempre se cumple.
- El oportunismo electoral: se suelen convocar más plazas en las proximidades de una consulta electoral, con el fin de crear un ambiente más favorable al partido gobernante. También es muy discutible y no siempre se cumple.
- El actual contexto de crisis económica: las políticas de austeridad han disminuído sobremanera la convocatorias de oposiciones y de plazas de empleo público.
En el número de opositores inscritos influye:
- Los requisitos de la propia convocatoria: no es lo mismo que se exija el graduado escolar a exigir un título específico.
- El número de titulados: en las oposiciones en las que se exige un título académico, si los poseedores son muchos o pocos.
- El tipo de examen: es mucho mayor cuando el examen es tipo test que en otros tipos de examen. Aunque es un perspectiva algo falsa porque no quiere decir que el examen sea más fácil, pero el aspirante se siente mejor cuando tiene respuestas alternativas, o puede probar "a ver que pasa", ya que con preguntas de desarrollo ya sabe que poco podría contestar de no haberlo preparado.
- El número de plazas convocadas: la inscripción es mucho mayor cuanto mayor sea el número de plazas. En oposiciones con una o muy pocas plazas, hay sospechas de que si no está dada, hay algún o algunos aspirantes muy preparados.
- La crisis económica: la falta de perspectivas en el sector privado influye en la presentación a oposiciones.
Tendríamos que hablar de aquí de la Ley del cuarto, ley meramente orientativa, basada más que en la Ciencia, en la sabiduría popular, pero que frecuentemente se cumple. Esta ley dice lo siguiente:
- La mitad de los opositores admitidos no se presenta al examen.
- La mitad de los que se presentan no van bien preparados.
Con lo cual el número de opositores a considerar serían la cuarta parte de los que figuran en la lista de admitidos.
Algunos casos en que esta ley no se cumple:
- Oposiciones en las que se exige un grandísimo esfuerzo, tan sólo para superar el examen, como notarios, letrados del Consejo de Estado, abogados del Estado, etc. Quien se presenta a esta oposición ya sabe a lo que se enfrenta y ya sabe que si no va bien preparado está perdiendo el tiempo.
- Oposiciones en que los exámenes son de tipo test: se apuntan muchísimos y se presentan muchísimos, como hemos visto de manera ilusoria, pensando que la suerte les va a sonreír. Los exámenes tipo test son auténticas trampas y encerronas, frecuentemente mucho más difíciles que los de desarrollo, en los que el opositor se puede lucir. El buen opositor debe sentirse muy desconfiado con los exámenes tipo test.
Revista del opositor y las oposiciones
