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Braquiópodos y briozoos. Fósiles que muestran un pasado esplendoroso

Atrypa reticularis

Los braquiópodos aparecieron en el Cámbrico, hace más de 500 millones de años, y junto con los trilobites, fueron los dueños de los mares en el Paleozoico. Sus conchas se acumulan en algunos estratos de una forma masiva. Pero poco queda de ese pasado esplendoroso, ya que su presencia en los mares actuales es escasa. Se estima que llegaron a existir unas 16.000 especies. Hoy sólo se conocen 335, un 2,1 % de las que hubo.


Parecen moluscos bivalvos, y así lo cree mucha gente que encuentra sus fósiles. Pero no lo son. Entre otras muchas cosas, se distinguen de ellos porque las valvas son distintas y su anatomía lo es por completo, pues los braquiópodos poseen un lofóforo, un órgano con tentáculos ciliados que rodea la boca. 


Los briozoos, animales coloniales de muy pequeño tamaño, también poseen lofóforo. Por esta razón, antes se clasificaba a los braquiópodos y a los briozoos en un filo: lofoforados. Hoy día, sabemos que son animales muy distintos y no deben estar en el mismo filo, pero sí que es cierto que tienen un parentesco común, siendo descendientes de los mismos ancestros, junto a los foronídeos y los hiolitos, estos últimos extintos, desde el Pérmico. 


1. Braquiópodos


Son metazoos provistos de un caparazón bivalbo dorsoventral, que viven fijos al fondo marino, mediante un pedúnculo que sale al exterior a través de un foramen de la valva inferior. 


Son celomados (poseen celoma, cavidad interna que no se comunica con el medio exterior), deusterostomos (en el embrión se forma primero el ano y luego la boca), y cicloneuros (el sistema nervioso se dispone en forma más o menos radial).


Los sexos están separados y la larva nada libremente en aguas profundas, luego se fijará al sustrato por su extremidad caudal, que se transformará en pedúnculo.


Su estructura más característica es el braquidium, a la que se deben su nombre. Son un par de apéndices arrollados en espiral, que sirven para la respiración, y para producir, mediante cilios, una corriente de agua que lleva partículas a la boca que se abre entre ellos, en su base.


La charnela, el juego de las valvas, es mucho más reducida que en los moluscos. Incluso en los inarticulados ambas valvas están sencillamente sujetas por los músculos, siendo posible los desplazamientos transversales, además de apertura y cierre. En los articulados hay una verdadera charnela, no pudiendo separarse las dos valvas sin romperla, por lo que en los fósiles casi siempre aparecen unidas.


La concha de los braquiópodos está formada por materia córnea, por lo que fosiliza bien, siendo la causa de que sus fósiles sean abundantes desde el Cámbrico. En las areniscas descalcificadas, sólo se conservan los moldes e impresiones de sus conchas, pero aún así son perfectamente clasificables.


Su época de predominio fue el Paleozoico, donde desempeñaron un papel similar al que ahora tienen los bivalvos o lamelibranquios. Actualmente, en los mares, su presencia es residual, aunque existen representantes de los principales grupos de inarticulados y articulados.


Son todos marinos. Los inarticulados viven hundidos verticalmente en la arena, donde pueden ocultarse mediante la contracción del pedúnculo.


En general son neríticos, viven en la zona marítima cercana a la costa, aunque se han encontrado algunos a 1.000 m y hasta 5.000 m en algunas fosas marinas. Su hábitat ideal son las aguas profundas, tranquilas, sin corrientes, porque el pedúnculo no ofrece un anclaje suficientemente fuerte para contrarrestar la acción de las corrientes o el oleaje.


Las conchas de los braquiópodos se encuentran frecuentemente cubiertas por organismo sesiles o incrustantes, como tubos de gusanos, briozoos, hidrozoos, o esponjas.


A grandes rasgos, el filo se divide en dos clases: inarticulados y articulados. Estas clases se dividen en varios órdenes.


La filogenia de los braquiópodos está bien establecida, aunque lógicamente existan incógnitas y lagunas. El género Lingula debe estar muy próximo al tipo ancestral de los braquiópodos, que debió existir en el Precámbrico, aunque no haya fosilizado, sin duda por carecer de concha formada por un material adecuado.


La época de máximo desarrollo, en el Paleozoico va del Ordovícico al Carbonífero, pero para los inarticulados su esplendor tuvo lugar en el Cámbrico.


Son buenos fósiles característicos, pero a veces su acusado homomorfismo, su misma forma, restringe un tanto su aplicación en estratigrafía.


- Lectura: Fundación Félix de Azara. Paleontología de Invertebrados. Tomo I (pdf, pags. 243-292, Bryozoa)




2. Briozoos


Los briozoos (que significa animales musgo) son animales coloniales, mayoritariamente marinos, aunque existen especies de agua dulce. Aparecen en el Cámbrico superior. En la actualidad, existen unas 5.700 especies (50 de hábitat dulceacuícola). 


Son metazoos celomados, deuterostomos y cicloneuros.


Al igual que los braquiópodos poseen lofóforo, corona peribucal de tentáculos retráctiles. El ano se abre próximo a la boca.


La reproducción es sexual, originándose una larva libre, que al cabo de cierto tiempo queda fija en la colonia.


El esqueleto es quitinoso, pero cuando posee carbonato cálcico, se suele conservar fósil en buenas condiciones, aunque en algunos casos lo único que se conserva es el molde interno.


Proliferan mejor en aguas bien oxigenadas y en fondos rocosos y pedregosos, donde las larvas puedan encontrar una buena fase de fijación sobre piedras o conchas sumergidas. Por eta razón, escasean o faltan en fondos arenosos y en playas, y abundan en la zona de balance de marea. En general viven entre los 10 m y los 500 m de profundidad, aunque se han encontrado, en dragados profundos, hasta 5.000 m.


Las colonias que forman una lámina sencilla son incrustantes, desarrollándose sobre objetos sumergidos o sobre alga, indicando con frecuencia la presencia abundante de estas, aunque no se hallan conservado sus fósiles. En cambio, las colonias que forman una doble lámina, corresponden a formas erguidas, laminares o ramificadas, que se fijan al sustrato mediante una base.


En general, son buenos fósiles de facies, apareciendo en facies calcáreas y calco-arenosas. Algunos viven asociados a arrecifes, formando parte de su compleja comunidad.


- Lectura: Fundación Félix de Azara. Paleontología de Invertebrados. Tomo I (pdf, pags. 221-242, Bryozoa)




Paleontología de Invertebrados

1 comentario:

  1. Los animales exóticos son fascinantes, pero su cuidado es un compromiso especial. Crear un ambiente próspero para ellos implica investigación, atención y amor, permitiendo que su belleza y singularidad florezcan.

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